LA MADURACIÓN ARTÍSTICA EN LA INFANCIA

El progreso artístico en los niños es paralelo al desarrollo de su cerebro. En las primeras etapas de su evolución, el cerebro de un bebe no ha alcanzado aún la etapa en la que los dos hemisferios cerebrales se especializan en tareas diferentes (lo que se llama "lateralización"). Hasta que alcance el nivel de desarrollo en la que el hemisferio izquierdo se hace dominante, el niño no logrará alcanzar todas las  habilidades sobre el lenguaje, ni el manejo de su mano dominante imprescindible para la escritura.
En estas primeras etapas el mundo es rico en colores y percepciones y el cerebro trabaja a toda prisa en su categorización y en la organización de todas las experiencias visuales.

A los diez años la "lateralización" ya es completa: Cada hemisferio ya se ha especializado en diferentes tareas y aparecen ya claramente desarrolladas en su hemisferio izquierdo las áreas del lenguaje.  En esta edad comienzan a dominar los símbolos de las cosas sobre las verdaderas percepciones, y aunque esto es imprescindible para asimilar el entorno que los rodea, no es muy útil para el dibujo y la pintura. A esta edad el hemisferio verbal ya es el dominante y el niño comienza a no pintar lo que ve, sino a plasmar los símbolos que ha aprendido durante la infancia. 

En la educación occidental (que prima las enseñanzas técnicas: La matemática, La física y la Ingeniería sobre la Educación Artística) la mayoría de los adultos hemos dejado sin desarrollar nuestro talento artístico desde esta etapa que se alcanza sobre los 10 años y, aunque actuamos como adultos en la mayoría de nuestras capacidades y habilidades, seguimos dibujando como niños pequeños durante el resto de nuestra vida.
En la etapa de la adolescencia la mayoría de los niños y jóvenes intentan expresarse artísticamente con gran realismo y complejidad, pero sus resultados (sin la instrucción adecuada) son mediocres y decepcionantes para ellos mismos; repiten imágenes estereotipadas (coches, aviones, etc.), y reutilizan constantemente sus símbolos almacenados en su cerebro en la infancia.

Su hemisferio lógico rechaza estos resultados artísticos "infantiles" que no se ajustan con fidelidad al modelo, más propios de niños pequeños que de adolescentes y estos resultados les humillan. Por este motivo aparece un conflicto entre sus percepciones complejas del mundo y sus resultados creativos y así la mayoría abandonan la idea de ser artistas. 

Los dibujos que de pequeños les parecían aceptables, en la adolescencia se perciben como tremendamente malos y totalmente faltos de realismo.
Los adolescentes se hacen muy críticos de su propio trabajo y también con el de sus compañeros y con el de sus hermanos más pequeños.  Mucho peor aún pueden ser los comentarios despectivos de padres y educadores sobre el trabajo artístico de los jóvenes adolescentes.  A menudo esto crea recuerdos traumáticos de humillación y frustración y anula completamente su capacidad artística el resto de su vida. 
Nunca se debe ridiculizar un trabajo artístico;  es necesario centrarnos en valorar sus aspectos más positivos y logrados.

Esta es la etapa más peligrosa para la creatividad. Muchos adolescentes sufren una tremenda crisis sobre su capacidad para dibujar bien y piensan que son incapaces de afrontar cualquier tarea artística.

UNA NUEVA RESPONSABILIDAD

Nuestros jóvenes y adolescentes NO solo deben ser instruidos para aprender a pintar bien. 
En primer lugar deben recuperar su autoestima y sentirse capaces de crear obras artísticas, y también tienen que aprender a abandonar el sistema de símbolos que simplifica sus percepciones y sus razonamientos, para aprender a ver de nuevo como cuando eran niños.  

Como padres, y familiares de niños y de jóvenes y muy especialmente nosotros: los profesores y maestros que estamos dedicados a la educación, hemos adquirido una nueva responsabilidad: 

Tenemos que proteger y no frustrar la capacidad creativa de nuestros hijos y de todos los futuros artistas, y ser capaces de enseñarles los métodos a nuestro alcance para superar esta interferencia entre la mente creativa y la mente lógica.  Tenemos que ayudarles a aprender a ver de nuevo el mundo, con su hemisferio no verbal y con la mirada de un artista. 
  
Esta nueva tarea no solo se encamina al pleno desarrollo de nuestros hijos; servirá también para producir una sociedad mejor, más creativa y llena de ideas y de belleza.

Porque estimular nuestro pensamiento no verbal y saber entrar en un estado especial de nuestra mente puede tener además otras ventajas inesperadas para nosotros y para nuestros hijos:  

La vida adulta está llena de complicaciones y de problemas y abordarla únicamente con la mitad del cerebro es una pérdida irreparable. Muchos problemas se resolverían mejor con "un nuevo enfoque" o analizándolos con una "nueva mirada""razonando de una manera global" (holística), más intuitiva y menos basada en las rígidas reglas de la lógica.  

Si aprendemos a conectar con nuestro Hemisferio Derecho no solo llegaremos a  ser mejores artistas, podremos encontrar nuevas soluciones más creativas en toda nuestra vida, y lograremos hacer de este un mundo mejor donde vivir.

LA MADURACIÓN ARTÍSTICA EN LA INFANCIA


Para comprobar la evolución y las distintas etapas del desarrollo artístico desde la infancia, hemos formado un grupo muy motivado de "artistas" de distintas edades (2 años, 4 años, 7 años, 10 años y un adulto) que han acometido la tarea de interpretar y dibujar del natural un sencillo bodegón.
El modelo elegido ha sido esta manzana:

En este proceso hemos intentado fomentar su creatividad y respetar su proceso artístico dependiendo de la edad, la tarea ha durado 15 minutos en silencio, y todos los participantes hemos disfrutado mucho con esta experiencia. El resultado nos ha maravillado y nos muestra claramente lo que los niños perciben de su entorno en cada etapa de su desarrollo.




2 años: Etapa del Garabateo. El mundo es mágico en esta etapa y a menudo extiende sus obras por los suelos y las paredes de su entorno. La sensación de controlar una pintura y de que salga de su punta un trazo es maravillosa en sí misma.
 «Los garabatos de cualquier niño indican claramente cuan inmerso está en la sensación de mover la mano y el lápiz al azar por una superficie, dejando a su paso una línea. Debe haber un cierto grado de magia en esto.»  
de "El lenguaje de dibujar" por Edward Hill

2 años: Garabateo
 4 años: Primera etapa de control del trazo y aparición de los primeros símbolos. En esta etapa el niño identifica poco a poco que sus trazos encierran significados y van apareciendo los primeros símbolos; en la figura aparecen ya algunas partes del cuerpo diferenciadas, todas con el mismo contorno (círculos, elipses, etc).  Este dibujo de la manzana es muy bueno, está muy bien coloreado y se identifica la fruta como un objeto cerrado.  Aparece ya algún símbolo; por ejemplo el rabo de la fruta es desproporcionado y probablemente simbólico. Tampoco se identifica la sombra proyectada por los objetos como parte de los mismos.
7 años: Conserva aún su interpretación personal y libertad. Aparecen ya símbolos inventados como la hoja verde y la manzana identificada como una forma perfectamente redonda.

7 años
 10 años: Comienzo de la adolescencia y búsqueda del realismo y de la aprobación por sus obras artísticas. La sombra proyectada es simbólica y no ha sido fielmente copiada de los verdaderos contornos de la sombra del modelo. La manzana es perfectamente esférica como su símbolo de la infancia.
Primera etapa de la adolescencia

 Adulto con buen dominio de las técnicas de dibujo.
Adulto con educación artística

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